CONOCIMIENTOS LOCALES Y USOS DE LOS GRANDES
MAMÍFEROS: UNA HERRAMIENTA PARA ENTENDER AMENAZAS, COMPORTAMIENTO Y
DISTRIBUCIÓN DE ESTAS ESPECIES
LOCAL KNOWLEDGE AND USES OF LARGE MAMMALS: A TOOL TO UNDERSTAND
THREATS, BEHAVIOR AND DISTRIBUTION OF THESE SPECIES
Sara Álvarez-Solas(1), Lucas Ramis(1,2), María
Zurita-Benavides(1), María Peñuela-Mora(1)
(1)Universidad Regional Amazónica Ikiam, Tena-Napo,
Ecuador: sara.alvarez@ikiam.edu.ec
(2)Universitat de Girona, Girona, España
RESUMEN: El estado de un
área protegida (AP) depende de varios factores que deben ser considerados para
la conservación del ecosistema. Para asegurar el éxito de la iniciativa de conservación
es importante la colaboración entre los pobladores locales y gestores. Además,
el manejo y uso de recursos naturales como la fauna, condiciona los patrones comportamentales y distribución de estas
especies, que cumplen un papel importante en el hábitat que ocupan. A través del análisis de 57 entrevistas semi-estructuradas y foto-elucidación, se documentaron los conocimientos
locales sobre grandes mamíferos en cuatro comunidades
aledañas a la Reserva Biológica Colonso-Chalupas; analizadas con el índice de
valor de importancia (IVI) y el valor de uso (V.U) y se utilizó una prueba
t-test para medir las diferencias entre el conocimiento de hombres y mujeres. Los resultados muestran concordancia entre
las predicciones de presencia de grandes mamíferos y los conocidos por los
habitantes, principalmente apreciados por su carne y algunas también como
mascotas (n=5
V.U=1; n=8, V.U=2). No obstante, los
resultados sugieren una disminución de la cacería, también evidenciada a través
de las diferencias encontradas entre hombres y mujeres (t-test; t=6.265,
df=28, p<0.001), donde las mujeres no reconocieron ciertas especies
ni siquiera por consumo de carne. Sin embargo, el aumento de la frontera
agropecuaria, la pérdida de hábitat, y la remanencia de los procesos de
cacería, al menos de especies cercanas a las chagras, siguen resultando una
amenaza para los grandes mamíferos de la reserva, por lo que es indispensable
elaborar planes de educación ambiental y conservación en conjunto con las
comunidades.
PALABRAS CLAVE: Colonso-Chalupas,
fauna, investigación participativa, kichwa, Napo-Ecuador.
ABSTRACT: Multiple factors influence the
conditions of a Protected Area (PA) then, these must be considered for the
conservation of the ecosystem. In addition, to guaranteed the flourish of a
conservation initiative is important to have a closely collaboration between
local people and conservation agents. The management and use of natural
resources such as fauna, influence the behavioral patterns and distribution of
these species, which
play an important role within the ecosystems. Through the analysis of 57
semi-structured interviews and photo-elucidation, the local naturalist
knowledge of large mammals was documented in four communities surrounding the
Colonso-Chalupas Biological Reserve; data was analyzed by means of the
Importance Value Index (IVI) and the Use Value (V.U) and a t-test was used to
measure the differences between the knowledge of men and women. The results of
the presence of big mammals show concordance between our predictions and the
knowledge of people, appreciated as food meat and for some species are also
appreciated as pets (n = 5 V.U = 1, n = 8, V.U = 2). However, the results
suggest hunting, also evidenced by the differences between men and women
(t-test, t =6.265, df =28, p <0.001), where women did not recognize certain
species nor by consumption of meat. Nonetheless, the increase of the
agricultural frontier, the loss of habitat, and the remanence of hunting
processes, at least of species close to the chagras, continue to be a threat to
the large mammals of the reserve, so it is indispensable elaborate
environmental education and conservation plans with the communities.
KEYWORDS: Colonso-Chalupas,
fauna, kichwa, Napo-Ecuador, participative research.
Recibido: 29 de
julio de 2018
Aceptado: 13 de
agosto de 2018
Publicado
como artículo científico en Revista de Investigación Talentos Volumen V(2)
17-25
DOI: https://doi.org/10.33789/talentos.5.80
I. INTRODUCCIÓN
Las áreas
protegidas (AP) juegan un papel fundamental en la conservación de especies,
ecosistemas y valores culturales. Asimismo, generan beneficios para los seres
humanos por los servicios ecosistémicos que proveen: agua, alimentación, abrigo
y servicios culturales y espirituales (Juffe-Bignoli et al., 2014). Una característica utilizada para
definir los límites de las AP es la diversidad de especies en un área
determinada, hotspots (Ceballos
& Ehrlich, 2006).
Los Andes
tropicales contienen una elevada diversidad biológica de hotspots, con la mayor diversidad de anfibios, aves y especies de
mamíferos y ocupa el segundo lugar del hotspot
de Mesoamérica en diversidad de reptiles (Ceballos & Ehrlich, 2006;
NatureServe & EcoDecisión, 2015). Esta biodiversidad se encuentra
amenazada por presiones, como expansión de la frontera agrícola, minería,
urbanización creciente (Cuenca & Echeverria, 2017;
Zapata-Ríos et al., 2006).
Las actividades antrópicas sobre la diversidad
animal no deben ser observadas exclusivamente como negativas, porque en algunos
casos, y con respecto a algunas especies, puede ser positiva. En el Parque
Nacional Yasuní y sus alrededores, la agricultura de subsistencia aumenta la
presencia de especies como Cuniculus paca, Dasypus novemcinctus y Myoprocta
pratti, que son atraídos por los cultivos. Mientras que la abundancia relativa de Tayassu pecari y Tapirus terrestris, disminuye conforme
aumenta el nivel de disturbio de las localidades (Zapata-Ríos et al., 2006).
Existe una relación entre, la proximidad a centros poblados y a las
carreteras, con el estado de las AP (Cuenca
& Echeverria, 2017). La distancia a las zonas urbanas es un factor, entre otros, que influye
la frecuencia a la cual sus habitantes visitan el bosque, así como la
dependencia de sus recursos para la subsistencia; conforme un poblado es
cercano a la urbe se reducen los episodios de cacería y recolección, por la
escasez de recursos y porque sus pobladores realizan diversas actividades
económicas (Eloy,
2008; Gray et al., 2015). En las comunidades indígenas kichwa de la amazonia
ecuatoriana que se encuentran cercanas a las urbes y relativamente cerca al AP,
la dependencia a ciertas actividades en el bosque aún persiste, ya que el valor
cultural de la carne de monte es todavía importante durante las festividades;
siendo las especies más valorizadas los monos chorongos o monos lanudos (Lagothrix spp.) y el paujíl (Mitu salvini) (Sirén, 2012).
En la Amazonía, numerosos
territorios de grupos indígenas se encuentran en sobre- posición con las AP (Magnusson et al., 2013). Por lo que para asegurar el éxito de las iniciativas de conservación
es indispensable comprender el contexto social e incluir a los habitantes (Juffe-Bignoli et al., 2014;
Magnusson et al., 2013). En la
cosmovisión indígena, los recursos naturales tienen un valor utilitario, así
como también por sus funciones simbólicas y ecológicas (Bahuchet, 1997).
La relación extrema con algunas especies se observa cuando primates o mamíferos
capturados para adoptarlos como mascotas son incluso amamantados por mujeres de
la comunidad (Cormier, 2003). Diversas formas de
interacciones con los animales caracterizan la relación de los pueblos
indígenas con el ambiente.
La ubicación in situ de los habitantes de las áreas
de protección y zonas contiguas, les confiere la posibilidad de observar diariamente
los cambios en la presencia y abundancia de especies comunes. En sus
actividades cotidianas constatan el impacto sobre la fauna en el bosque,
observan directamente animales, así como sus patrones comportamentales, su
distribución y sus rastros (Huntington, 1998; 2000). La repetición de
observaciones de los hábitos de los animales constituye el compendio de
conocimientos naturalistas acerca de lugares de tránsito, reposo y/o
reproducción, así como de preferencias alimenticias (Bahuchet,
1997; Berkes et al., 2000). Por su experiencia, los pobladores locales pueden
enriquecer procesos de monitoreo, interpretación y responder a dinámicas de
cambio de los ecosistemas, en términos de recursos y servicios (Magnusson et al., 2013).
Un AP se crea porque se considera que sus
características bióticas y abióticas son importantes en términos de diversidad
y servicios ecosistémicos. No obstante, poco se conoce sobre el estado de las
mismas y sus comunidades faunísticas. Este estudio documenta los conocimientos
locales de los pobladores ubicados en la zona de amortiguamiento de un área
protegida, recientemente constituida, con el fin de evaluar el estado de
conservación de la fauna, interpretar las dinámicas de las poblaciones y sus
patrones comportamentales e identificar las especies existentes y
desaparecidas.
II. METODOLOGÍA
A.
Área de estudio
El estudio se realizó en la Reserva Biológica
Colonso-Chalupas (RBCC), situada en las estribaciones de la Cordillera de los
Andes al Sur del río Napo. Esta reserva fue
declarada área protegida el año 2014. Está ubicada entre la Reserva Ecológica
Antisana y el Parque Nacional Llanganates, conformando entre las tres, un área
de conservación muy extensa que puede estar actuando como corredor natural de
la zona alta de la cuenca amazónica.
La RBCC tiene
una extensión de 93.246 hectáreas con un gradiente altitudinal que va de los
560 metros a los 4432 metros sobre el nivel del mar. Sus condiciones
bioclimáticas son variadas, las zonas altas de la reserva cuentan con
precipitaciones cercanas a los 1.700 mm de lluvia promedio anual, las cuales
varían a medida que la altura disminuye y se acerca a la llanura amazónica,
donde la precipitación promedio anual alcanza los 4.300 mm y la temperatura
promedio anual es de 23ºC (INAHMI, 2011). El paisaje de la zona se
caracteriza por una topografía de crestas con pendientes de más del 60% (MAE,
2014), lo que dificulta el acceso y la detección de fauna.
En la zona de
amortiguamiento viven comunidades kichwa y mestizas, cuya economía se basa
fundamentalmente en la agricultura de subsistencia (yuca, cacao, guayusa,
plátano) y renta, la ganadería y la explotación de madera, lo que supone una
amenaza directa o indirecta sobre la fauna. El estado de las poblaciones de
fauna y la riqueza de esta reserva son desconocidos, ya que son escasos o
inexistentes los trabajos publicados que describan la composición, estructura y
ecología de la vegetación y fauna presente en la zona. Según MAE (2014), más
del 99% de la superficie de la reserva está cubierto por bosque nativo. En el
año 2010, la Fundación Bosques para la Conservación y el Ministerio del
Ambiente del Ecuador, impulsaron la ejecución de investigación para determinar
la riqueza de fauna presente en el Bosque Protector Colonso. De esta
investigación en el año 2011 se publicaron dos trabajos preliminares en formato
de guía de campo sobre la fauna de las zonas más accesibles del sector
(Ordoñez-Delgado, 2011) donde se registraron tanto especies dentro de las
categorías de la UICN/América del Sur, UICN y CITES, como especies endémicas,
especies en peligro crítico (CR), en peligro (EN) y vulnerables (VU); sin
embargo, esta información es muy limitada.
La ciudad de Tena es el centro urbano más cercano a
la reserva. La ciudad ha crecido en gran medida, especialmente desde la década
de los 90, y desde entonces hasta el año 2010, la población casi se ha
duplicado (UP, 2015). La explotación de los recursos en las zonas aledañas,
como la minería, la tala de árboles para la construcción, el aumento del área
urbana, los diferentes usos del suelo y la cacería (aunque esta última en menor
medida), son algunas de las implicaciones que ha tenido el abrupto crecimiento
poblacional de la ciudad de Tena.
B.
Estudio de los
conocimientos locales de la fauna
Con el fin de
documentar el conocimiento de la población local de la zona de amortiguamiento
de la reserva, se emplearon dos métodos cualitativos: entrevistas
semi-estructuradas y foto elucidación (Russell, 2006). El consentimiento
previo informado fue solicitado en reuniones con miembros de la directiva e
individualmente al momento de realizar las entrevistas. Se llevaron a cabo 57
entrevistas semi-estructuradas, que se realizaron con adultos (mayores a 18
años) de las comunidades de la zona de amortiguamiento: Alto Tena (n=28),
Atacapi (n=14), Mushuk Kawsay (n=8) y Shitig (n=6). Alto Tena es la comunidad
más grande y cercana a la reserva, así como uno de los principales accesos a la
RBCC.
La composición
de la muestra de los entrevistados, estuvo representada por 29 hombres y 28
mujeres, para tener la misma representación de ambos sexos. Las entrevistas se
basaron en una lista de 30 especies de animales potencialmente presentes en la
RBCC, elegidas por su rol dentro del ecosistema y su
potencial presencia en el área de estudio basada en su área de distribución
(Tirira, 2017; Álvarez-Solas, et al., datos en preparación). Los
temas de las entrevistas se centraron en el conocimiento local y uso de las
especies. Estas se desarrollaron en su lengua materna, kichwa y se utilizaron
fichas con fotografías como soporte para reducir los errores (Huntington, 1998,
2000; Russell, 2006).
C.
Análisis de datos
Para el análisis
de datos se utilizó el Índice de Valor de Importancia (IVI) para cada especie,
calculado como la sumatoria de los valores relativos de densidad (número de
individuos registrados por especie / número total de individuos registrados x
100) y el valor de uso (V.U) calculado como el sumatorio de usos que tiene una
especie (Marín-Corba et al., 2005). Se consideró únicamente registros
superiores a cinco por categoría de uso. Para analizar las diferencias
encontradas en el conocimiento entre hombres y mujeres se utilizó el programa
Rcomander, versión R. 3.5.1, utilizando un análisis t-test para comparación
entre medias.
III. RESULTADOS
De las 30 especies de
grandes mamíferos consideradas para las entrevistas, solamente dos, el perro
venadero y el tití rojo, no fueron reportados en las entrevistas. Las especies
más conocidas fueron el armadillo de nueve bandas, la guanta y la guatusa, con
56 registros el armadillo y 54 registros tanto la guanta como la guatusa,
seguidos del chichico de manto negro, pecarí de collar y el oso melero, con más
de 40 registros cada uno (ver Tabla I).
LISTA DE ESPECIES
INCLUIDAS EN LOS CUESTIONARIOS DE LAS ENTREVISTAS
REALIZADAS EN LA COMUNIDAD KICHWA DE ALTO TENA.
Los resultados de las entrevistas mostraron
diferencias significativas (t-test; t= 6.265, df= 28, p<0.001) entre los
registros de presencia de especies reportados por las mujeres y hombres, siendo
los hombres los que reportaron un mayor número de especies.
De las principales especies reportadas con más de 10
registros (n=20) se analizaron los principales usos de las mismas (ver Tabla
II). La alimentación es el principal uso para la mayoría de las especies de
mamíferos estudiadas (n=13), de los cuales el 62% también se utilizan como
mascota (n=5 valor de uso=1; n=8, valor de uso=2). El resto de especies no
representaron un valor de uso relevante por tratarse de registros menores a 5
(n=7, valor de uso=0). Cabe mencionar que los pobladores afirmaron que la caza
era más común en el pasado.
TABLA
II
Un dato adicional recogido
a través de las entrevistas fue la presencia de un felino de “tamaño mediano-pequeño que se acerca por las noches a cazar pollos y
que los perros espantan”, identificándolo en muchas ocasiones con el margay.
Finalmente, a través de las entrevistas se pudo evidenciar
que la frecuencia de visita a zonas alejadas del bosque ha disminuido
considerablemente como consecuencia de la diversificación de empleos
remunerados en la ciudad. Los hombres son los que visitan más a menudo la RBCC
(el área protegida más allá de la zona de amortiguamiento), aunque no en una
alta frecuencia. Las mujeres no suelen salir al bosque puesto que trabajan más
frecuentemente en la chagra. Mientras que los jóvenes conocen poco acerca de
las poblaciones animales de la reserva.
IV. DISCUSIÓN
La cacería de subsistencia es una práctica común en
muchas comunidades indígenas, donde la principal fuente de proteínas proviene
de la carne de monte. Actualmente, los índices de cacería han disminuido debido
a la diversificación de la economía (Eloy, 2008), la concienciación y
principalmente la disminución drástica de muchas poblaciones animales, lo que
dificulta el encuentro de ejemplares suficientes para cubrir las necesidades de
sus habitantes (Gray et al., 2015). Sin embargo, las actividades de
las poblaciones humanas cercanas a las áreas protegidas siguen generando
impacto a las especies animales a través del aumento de la frontera agrícola,
el impacto acústico de las zonas pobladas, los remanentes de cacería y
principalmente la disminución del hábitat.
El estudio de
los conocimientos locales de las poblaciones faunísticas permite conocer la
fauna presente en el área de estudio (Magnusson et al., 2013; Sanchez et al.,
2004; Anadón et al., 2009; Turvey et al., 2014), así como las
actividades de manejo y uso que se realizan en las comunidades en torno a las
especies silvestres (Bahuchet, 1997; Berkes et al.,
2000). Además, permiten acceder a una información histórica de los cambios
que ha padecido la fauna de la zona, como por ejemplo la desaparición de una
especie.
Los
pobladores kichwa aledaños a la RBCC confirmaron la presencia de las especies
más comunes representadas en la mayoría de las zonas de amortiguamiento,
cercanas a las chagras por su atracción por los cultivos (Zapata-Ríos et al., 2006): Dasypus novemcinctus Myoprocta pratti y Cuniculus
paca. Esta última, además, es una
especie incluida dentro del apéndice III de CITES por Honduras por presentar
altos niveles de cacería y necesitar apoyo de otros países para restringir su
explotación y controlar su comercio (Tirira, 2011).
Debido a la habituación de estas especies a zonas
fragmentadas y a su atracción por actividades antrópicas (Zapata-Ríos et al., 2006), sus patrones comportamentales y
alimenticios los hace vulnerables al impacto humano, y tanto Cuniculus paca como Dasypus novemcinctus y Myoprocta
pratti son especies inscritas en la lista de las principales especies de
mamíferos sometidas a presiones de cacería de subsistencia en el Ecuador
(Tirira, 2011). En esta misma lista aparecen otros géneros, que se registraron
en el presente estudio como Tamandua spp., Choloepus spp., Cebus spp., Lagothrix spp., Pecari spp., los cuales presentan una
amenaza similar, por ser especies detectadas con facilidad por los cazadores,
quienes también conocen sus dinámicas comportamentales, fácilmente predecibles.
El límite de las interacciones fauna-humanos es delicado, y la
sobre-explotación puede poner en riesgo la reproducción de una especie.
Otra de las especies más comunes es el chichico de
manto negro (Leontocebus nigricollis).
Una especie que parece adaptarse fácilmente
a la vida en zonas alteradas (de la Torre, 2000), pero que por este motivo se
enfrenta a grandes amenazas como la extracción de individuos vivos como
mascota, caza por competencia con los agricultores, quema, atropellos, etc.
Los pobladores de la zona de amortiguamiento de la
RBCC reportaron la presencia de especies poco registradas en estudios
realizados con cámaras trampa o transectos lineales (Álvarez-Solas et al., datos en preparación). Entre
otras, destaca el oso perezoso de dos dedos (Choloepus didactylus); el
perro de orejas cortas (Atelocynus microtis), el cual es muy difícil de
ver y posiblemente sea confundido con perros domésticos; trigrillo (Leopardus
tigrina), que puede ser confundido con el margay (Leopardus wieddi)
o el ocelote (Leopardus pardalis) por su gran parecido; jaguarundi (Herpailurus
yagouaroundi); y varias especies de primates, como el mono nocturno (Aotus
sp.) y el tití pigmeo (Cebuella pygmaea), el mono lanudo de Humboldt
(Lagothrix lagothricha lagothricha) y el tamarino de manto rojo (Leontocebus
lagonotus). Las dos últimas pueden ser confundidas por el parecido
fenotípico con las especies registradas. De este modo los resultados de este
estudio destacan que los conocimientos locales permiten en muchas ocasiones
recopilar información, que con otras técnicas no se pueden constatar, aunque
siempre es importante confirmar los registros a través de estudios de campo.
Los usos de las especies silvestres presentes en la
reserva, son en casi todos los casos similares, siendo los más predominantes la
caza para consumo de su carne y, en el caso de algunos mamíferos, la captura
para tenencia como mascota. Las principales especies consumidas fueron la
guanta, guatusa y armadillo, también reportadas como las más comunes en la zona
de estudio (Álvarez-Solas et al.,
datos en preparación). Los primates, especialmente el chichico de manto negro y
el capuchino, fueron los animales más reportados como mascotas, seguidos del
coatí.
Los resultados de las diferencias entre hombres y
mujeres también arrojan datos interesantes que pueden ayudar a entender en
parte los patrones de cacería. Se encontró que los hombres, reportan más datos
que las mujeres en términos de riqueza de especies, lo que podría estar
relacionado con las actividades rutinarias de la población donde las mujeres
suelen trabajar en las chagras, observando especies que se encuentran en zonas
de cultivo o áreas más fragmentadas, como la guanta, guatusa y el armadillo,
incluso el chichico de manto negro. Por otro lado, los hombres suelen recorrer
con más frecuencia el bosque, implicados en actividades de obtención de madera,
encontrando especies más difíciles de observar cerca de las comunidades.
Finalmente, el hecho de que las mujeres no conozcan la presencia de algunas de
las especies reportadas en el bosque, podría estar relacionado con una baja
intensidad de cacería, al menos de estas especies, puesto que de consumirse en
exceso la carne de monte de las mismas, las mujeres reportarían la presencia de
un mayor número de especies.
Adicionalmente, el avance de la frontera agrícola y
la tala en la zona de amortiguamiento aumenta la presión sobre la fauna de la
reserva haciéndola retroceder probablemente a zonas más alejadas. La cacería, no parece ser la principal fuente de
recursos de la comunidad, puesto que los pobladores locales cada vez frecuentan
menos el bosque, los conocimientos de los jóvenes son escasos y el uso de
productos comerciales urbanos es cada vez más frecuente. Además, el gradiente
altitudinal, representa una dificultad añadida en las prácticas de cacería por
haber muchos lugares inaccesibles, con grandes crestas que facilitan la huida
de muchas especies.
A pesar de que los habitantes de las zonas de
amortiguamiento afirmaron que la cacería es menos común que en el pasado,
existen registros de cazadores a través de cámaras trampa (Álvarez-Solas et al., datos en preparación) y el consumo de
carne de monte reportado en las entrevistas confirman al menos actividades de
caza en las zonas aledañas a la comunidad. Por tanto, la fauna de la reserva
sigue viéndose afectada de forma directa e indirecta por actividades humanas,
en mayor o menor medida, y la cercanía de la comunidad con actividades
extractivistas o de construcción están presentes como una amenaza que debe
seguir siendo estudiada.
En el caso de los primates la caza para el consumo
de su carne era muy habitual, y está en disminución en esta zona. Los festejos
para eventos especiales como bodas, en los que se cazaba primates para usar
como festín y como ornamentación, también eran habituales en esta comunidad,
pero actualmente los avistamientos son más escasos y estas prácticas se han
reducido. Sin embargo, en otros lugares cercanos del Ecuador se siguen practicando
estas festividades, donde la caza de primates y otras presas silvestres para el
festín es masiva (Sirén, 2012).
Las amenazas encontradas con los pobladores locales,
influyen directamente sobre comportamiento y distribución de las especies
animales, razón por la cual resulta complicado la observación de fauna en la
RBCC y cuando se observan, presentan una respuesta huidiza (Ramis et al., en
revisión) que explicaría una falta de habituación de las especies al ser
humano, probablemente por una alta presión de cacería, al menos en el pasado.
Por este motivo, es clave entender las dinámicas de los pobladores cercanos al
área protegida, para al mismo tiempo, poder ampliar el conocimiento en las
dinámicas de las poblaciones animales y sus principales amenazas.
Los
conocimientos locales de la comunidad faunística en un AP deben ser
considerados a la hora de plantear objetivos de estudio o ajustar la
metodología de trabajo (Magnusson et al., 2013). Los métodos cualitativos con las poblaciones
pueden ser además un buen preámbulo para llevar a cabo actividades de educación
ambiental, concienciación e incluso para la integración de los habitantes de
una región en la protección y manejo de los recursos naturales. Es fundamental
proseguir con los estudios iniciados para conocer en mayor profundidad los
componentes animales presentes en los diferentes ecosistemas de la RBCC, su
comportamiento y sus amenazas, para acercarnos más a conocer donde llega el potencial
biológico de esta reserva y cómo podemos ayudar a conservarla.
V. CONCLUSIONES
Este estudio representa la primera investigación con
un enfoque participativo acerca de la fauna silvestre en la RBCC. Nuestros
resultados demuestran la utilidad de complementar diferentes tipos de muestreo
convencional como avistamientos directos, registro de rastros y huellas o el
uso de cámaras trampa, con la información de las personas que habitan y
utilizan el área. El estudio de los conocimientos locales permite conocer el
contexto social y ecológico del ecosistema, el manejo y presiones sobre unas u
otras especies, y la diferencia de conocimientos entre los pobladores. Las prácticas, usos y actividades diarias de
los habitantes pueden ayudarnos a entender mejor los patrones comportamentales
y de distribución de las especies, así como las principales amenazas a las que
estas especies se enfrentan. Además, el trabajo con las comunidades ayuda a
establecer lazos importantes donde los pobladores locales pueden convertirse en
importantes aliados de la conservación a través de entrenarse en el monitoreo
de las especies y del intercambio del conocimiento, siendo una importante
herramienta de concienciación y educación ambiental.
VI. AGRADECIMIENTOS
Al apoyo
financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el
Desarrollo (AECID), N/Ref./Expediente n. 2015/SPE/0000400126 y a la Universidad
Regional Amazónica Ikiam Proyecto Semilla Nro.IKIAM-CSI-2015-009. A los
habitantes de la zona de amortiguamiento que compartieron sus conocimientos; a
los asistentes y estudiantes que apoyaron en el trabajo con las comunidades, en
especial a Oscar A. Veloz y a las personas que apoyaron en las entrevistas, en
especial Anne Schwarz, quien facilitó las entrevistas en kichwa.
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